Aquel triste 20 de Agosto
Tendrá que llegar el momento en que si un pasajero desea bajarse de un avión porque ha sentido miedo, pánico o un mero presentimiento, que bien podría englobarse todo ello dentro de la expresión “razones emocionales”, se le permita abandonar la aeronave; aunque haya que retrasar el vuelo.
Leí que un piloto se negó a utilizar la pista desgraciada del aeropuerto de Barajas, la del triste accidente, alegando “razones emocionales”; y que se le concedió otra para despegar. Por supuesto, nada que objetar a esa justa petición. Pero yo lo que quiero decir es que los pasajeros que desearon salir del avión, también alegaban “razones emocionales.
Si para nosotros, que somos unos simples usuarios y que sabemos de navegación aérea no más de lo que dice la tarjeta de embarque, nos duele lo sucedido, imaginen lo que podrán sentir los pilotos al despegar por el mismo camino trágico de aquel triste 20 de agosto.
No es bueno descargar toda la responsabilidad en el comandante, pues éste tiene todo el derecho a respetar el derecho del otro. Lo que se juega ya saben ustedes lo que es.
1 comentario
Aguadeluna -