El Presente asusta y asombra
La mediocridad y la obediencia servil, creada por otros, nunca por los ciudadanos, han desarrollado una sociedad pasota, lastimera y anclada permanentemente en recuerdos de un ayer no muy lejano o en rescatar la memoria, como únicos recursos de supervivencia. Preferimos mirar para atrás como única terapia válida de regocijo. El presente asusta y asombra
La pérdida de sentido común, la mezquindad y la falta de decencia política nos ha llevado a la situación actual que de ninguna manera, nos merecemos.
Los responsables de esta penosa situación tienen siglas, nombres y apellidos. El estilo: vivir del cargo, asesores de confianza, el clientelismo, control por participación; o pseudocultura, cantidad sobre calidad, bloques y cemento, obras estelares e improvisación, manipuladores y corte de aduladores; nos han llevado, sin comerlo ni beberlo, ¡ni ganas! a esta triste realidad.
Desde mi optimismo pesimista sigo confiando en que las cosas cambiarán a mejor sin duda alguna. Actualmente, estamos sufriendo los últimos coletazos de supervivencia de una forma de hacer política con reminiscencias de épocas pasadas, de triste recuerdo. A los hechos me remito. Que bien les vendría una orden de alejamiento por sus engaños y subidas a pedestales que, en modo alguno nadie les ha permitido ni autorizado. Vayan buscando otro “echadero” porque éste se les agota.
Eso sí, todo cubierto bajo un manto de sonrisas, saludos y ¡que buenos somos! como elementos de engaño por si cuelan.
Negar la libertad de expresión, crispar y sembrar incertidumbre es el remate final a toda una política de despropósitos que venimos soportando, demasiados callados, seguramente, desde hace mucho tiempo.
2 comentarios
Asesor -
El poder corrompe.
Si tuvieramos la Constitución mejor del mundo ocurriría exactamente igual porque hay mucho mamoneo.
Froilán -