Sociedad Pasotista
Es admisible que alguien sea menos educado o menos tolerante que otro, pero iría en contra de mi forma de ser aceptar la mala educación y la intolerancia como algo natural y normal por ser habitual en el devenir diario.
La falta total de las más mínimas normas de educación, están hoy “a la orden del día”: no saludar, no dar las gracias, la falta de respeto a los mayores, ese tuteo generalizado, son para muchos el modelo de urbanidad que tienen establecido y que, a fuerza de repetirlo, intentan que lo aceptemos los demás.
Es muy común encontrar personas que no sólo piden, sino exigen, que los demás seamos tolerantes y aceptemos, sin opinar ni razonar, todo lo que a ellos/as les parece correcto; pero que, de repente, al más mínimo inconveniente, se descubren y se nos presentan como los verdaderos intolerantes que son.
En algunos lo esperas, en otros te sorprende, en nadie lo entiendes pero, sin embargo, debemos aceptar que a lo largo de nuestra vida nos vamos a encontrar con esa dicotomía en seres que no tienen claro eso de “predicar con el ejemplo”.
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