Sus Señorias
Sus Señorías de acá (como diría un argentino), es decir los sesudos y justos componentes del Parlamento Canario, se han subido el sueldo porque dicen que están mal pagados en comparación con los otros parlamentarios autonómicos, y claro, tienen que HOMOLOGARSE al resto, porque para eso son Señorías como los demás y ejercen la misma función.
Pero, encima, no sé si lo saben, el IPC de ellos les ha crecido muchísimo más que al resto de sus mortales conciudadanos ya que, el incremento que se han adjudicado alcanza el 10%; no el 2%, ni el 3%, ni siquiera el 4% como se nos aplica al conjunto de los trabajadores, jubilados o pensionistas. Y digo yo, ¿dónde compran estos señores el pan, la leche, los huevos, la carne,... que son todavía 4 ó 5 veces más caros que donde los adquiero yo, que ya es decir?
El desarrollo de la sesión parlamentaria en la que se trató este, para ellos, importante asunto, se las voy a describir desde dos puntos de vista:
a) Versión relato de ficción
Comentan, dicen, se rumorea... que cuando el Presidente anunció ese punto del orden del día para tratarlo en la sesión, se produjo un fuerte y controvertido debate pues la mayoría de ellos no estaban de acuerdo con aprobar esa subida sin precedentes. Hubo muchas y variadas intervenciones con el fin de exponer sus puntos de vista sobre tamaña barbaridad. Me cuentan que una de las más destacadas fue la de la Consejera de Educación, Milagros Luis que dijo:
-- ¡Jamás aceptaré esa propuesta! Necesito todo el dinero posible para llevar a cabo la homologación del profesorado y no permitiré que ni yo, ni ninguno de ustedes cobremos un céntimo más hasta que este proceso esté financiado y finalizado. Ese sufrido colectivo merece ser reconocido por su esfuerzo y trabajo, no en vano tienen en sus manos la formación de nuestros hijos.
De igual manera se mostró la Consejera de Sanidad:
-- En tanto y cuanto la situación de Sanidad no mejore y se pueda contratar al personal suficiente para que todos los ciudadanos estén perfectamente atendidos en nuestros hospitales y centros de salud, considero esta medida contraproducente e injusta ¡Votaré en contra!
Y así, poco a poco, fueron exponiendo su posición razonada y razonable. Hasta Barragán anunció que se cancelaría el proyecto de Tindaya para invertir todo ese presupuesto (y el ya gastado que él, personalmente, se ocuparía de recuperar) a otros proyectos más eficaces y afines con la mejora del bien común.
b) Versión realista-naturalista
Comentan, dicen, se rumorea… que cuando trataron este punto en la sesión parlamentaria, hubo unanimidad absoluta, el SÍ retumbó en toda la sala. Nadie levantó la mano para intervenir, no hubo insultos ni discrepancias, nadie pidió la comparecencia de nadie para que se explicaran, en definitiva ninguno votó en contra diciendo que se hiciera constar en acta su desacuerdo por motivos éticos y en solidaridad con el resto de los canarios.
Todos estuvieron de acuerdo y, dicen que, cuando a alguno le afloraba algún problema de conciencia y ponía cara de culpabilidad, el resto lo animaba convenciéndolo de lo positivo de la medida:
-- Ya verás que así podrás comprarte aquel chalet que tu familia tanto ha soñado – le decían – además, podrás realizar ese crucero ideal para relajarte de tanto “trabajo” y “presión” acumulada.
Está claro que, para desgracia de todos, la realidad superó a la ficción y sus señorías van a cobrar un 10% más. Y de forma contundente, e indirectamente, nos dicen a todos, cambiando esa expresión exclamativa-enunciativa, en una imperativa-afirmativa:
¡¡¡HAY QUE FASTIDIARSE!!! … por ahora no nos queda otro remedio
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